POESÍA BARROCA

LUIS DE GÓNGORA

ROMANCE: AMARRADO AL DURO BANCO

 

Amarrado al duro banco
de una galera turquesca, ambas manos en el remo y ambos ojos en la tierra,
4 porque si es verdad que llora mi cautiverio en tu arena, bien puedes al mar del Sur vencer en lucientes perlas. 24
un forzado de Dragut en la playa de Marbella, se quejaba al ronco son del remo y de la cadena: 8 Dame ya, sagrado mar, a mis demandas respuesta, que bien puedes, si es verdad, que las aguas tienen lengua, 28
«¡Oh sagrado mar de España,
famosa playa serena, teatro donde se han hecho cien mil navales tragedias!,
12 pero, pues no me respondes,
sin duda alguna que es muerta, aunque no lo debe ser, porque vivo yo en su ausencia.
32
pues eres tú el mismo mar
que con tus crecientes besas las murallas de mi patria, coronadas y soberbias,
16 ¡Pues he vivido diez años
sin libertad y sin ella, siempre al remo condenado, a nadie matarán penas!
36
tráeme nuevas de mi esposa
y dime si han sido ciertas las lágrimas y suspiros que me dice por sus letras,
20 En esto se descubrieron
de la Religión seis velas, y el cómitre mandó usar al forzado de su fuerza.
40

Notas:

v.5: Dragut era un célebre almirante otomano, sucesor de Barbarroja, que murió en 1560. v.6: Playa tenía el sentido de «mar cercano a la costa». v.7-8: Notemos que, al remar, los remos crujen y las cadenas tintinean. v.12: Tragedias tiene doble sentido, uno en consonancia con la metáfora «teatro» del verso anterior.
v.20: Los cautivos podían escribir a sus familias para negociar el rescate.
v.28: Se llamaba lenguas de agua a las orillas. v.38: Se refiere a seis barcos de la Orden de Malta, que protegía las costas mediterráneas de los turcos y berberiscos. v.39: Cómitre es el encargado de dirigir a los remeros en las galeras.

LETRILLA

La más bella niña

de nuestro lugar,

hoy viuda[1] y sola

y ayer por casar[2],

viendo que sus ojos

a la guerra van,

a su madre dice

que escucha su mal:

Dejadme llorar,

orillas[3]del mar…

Pues me distes[4], madre,

en tan tierna edad

tan corto el placer

tan largo el penar,

y me cautivastes[5]

de quien hoy se va

y lleva las llaves

de mi libertad,

Dejadme llorar,

orillas del mar…

En llorar conviertan

mis ojos de hoy más[6]

el sabroso oficio

del dulce mirar,

pues que no se pueden

mejor ocupar

yéndose a la guerra

quien era mi paz,

Dejadme llorar,

orillas del mar…

No me pongáis freno

Ni queráis culpar;

que lo uno es justo,

lo otro por demás[7].

Si me queréis bien

no me hagáis mal;

harto peor fuera

morir y callar.

Dejadme llorar,

orillas del mar…

Dulce madre mía,

¿quién no llorará,

aunque tenga el pecho

como un pedernal,

y no dará voces

viendo marchitar

los más verdes años

de mi mocedad?

Dejadme llorar,

orillas del mar…

Váyanse las noches,

pues ido se han

los ojos que hacían

los míos velar;

váyanse, y no vean

tanta soledad

después que en mi lecho

sobra la mitad.

Dejadme llorar,

orillas del mar…

[1] Sola./[2] Su matrimonio es muy reciente./[3] A orillas./[4] Diste./5] Cautivaste/[6] A partir de hoy/[7] Lo otro (culparla) sería inútil o excesivo.

SONETO

 

            La dulce boca que a gustar convida
            un humor entre perlas distilado,
            y a no invidiar aquel licor sagrado
            que a Júpiter ministra el garzón de Ida,
5          amantes, no toquéis, si queréis vida,
            porque entre un labio y otro colorado
            Amor está, de su veneno armado,
            cual entre flor y flor sierpe escondida.
            No os engañen las rosas, que a la Aurora
10        diréis que, aljofaradas y olorosas,
            se le cayeron del purpúreo seno:
            manzanas son de Tántalo, y no rosas,
            que después huyen del que incitan ahora,
            y solo del Amor queda el veneno.

POLIFEMO

 

Un monte era de miembros eminente

Este que -de Neptuno hijo fiero-

De un ojo ilustra el orbe de su frente,

Émulo casi del mayor lucero;

Cíclope a quien el pino más valiente

Bastón le obedecía tan ligero,

Y al grave peso junco tan delgado,

Que un día era bastón y otro cayado.

COMENTARIO DE TEXTO LITERARIO

1.Lectura comprensiva.

2. Breve resumen del texto y tema o tópico.

3. Estructura: división del texto en partes, explicando el porqué.

4. Análisis formal.

-Análisis métrico, si procede, con tipo de rima y estrofa.

-Análisis de figuras retóricas y recursos literarios: en este texto buscar tres ejemplos de metáforas y explicarlas, buscar un ejemplo de hipérbaton, hipérbole, perífrasis, buscar un ejemplo de encabalgamiento.

-Análisis lingüístico: oraciones de que consta la obra y algún ejemplo de tipo de oración, estilo (sencillo o complicado). Busca cultismos y su significado.

5. Análisis literario: se debe vincular el texto por las características anteriores con un movimiento literario, un autor y un periodo de su obra.

6. Muy breve resumen de las fases anteriores y opinión personal.

SOLEDAD PRIMERA

Era del año la estación florida

en que el mentido robador de Europa

(media luna las armas de su frente,

y el Sol todos los rayos de su pelo),

luciente honor del cielo,

en campos de zafiro pace estrellas,

cuando el que ministrar podía la copa

a Júpiter major que el garzón de Ida,

náufrago, y desdeñado sobre ausente,

lagrimosas de amor dulces querellas

da al mar; que condolido,

fue a las ondas, fue al viento

el mísero gemido,

segundo de Arión dulce instrumento.

  1. Busca en este texto: un ejemplo de hipérbaton extremo, cultismos, alusiones mitológicas difíciles, alguna metáfora complicada.

QUEVEDO

SONETOS

  • Erase un hombre a una nariz pegado, A
  • érase una nariz superlativa, B
  • érase una nariz sayón y escriba, B
  • érase un peje espada muy barbado. A
  • Era un reloj de sol mal encarado, A
  • érase una alquitara pensativa, B
  • érase un elefante boca arriba, B
  • era Ovidio Nasón más narizado. A
  • Erase un espolón de una galera, C
  • érase una pirámide de Egito, D
  • las doce Tribus de narices era. C
  • Erase un naricísimo infinito, D
  • muchísimo nariz, nariz tan fiera C
  • que en la cara de Anás fuera delito. D

 

Cerrar podrá mis ojos la postrera [Poema: Texto completo]Francisco de Quevedo
 

Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra, que me llevaré el blanco día;

y podrá desatar esta alma mía

hora, a su afán ansioso linsojera;
mas no de esotra parte en la ribera

 dejará la memoria en donde ardía;

 nadar sabe mi llama la agua fría,

 y perder el respeto a ley severa:
Alma a quien todo un Dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,

 medulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejarán, no su cuidado;

 serán ceniza, mas tendrán sentido.

 Polvo serán, mas polvo enamorado.

 

 

 

 

 SONETO ESCATOLÓGICO

¡Fue sueño ayer, mañana será tierra!
¡Poco antes, nada; poco después, humo!
¡Y destino ambiciones, y presumo
apenas punto al cerco que me cierra!
Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa, soy peligro sumo;
y mientras con mis armas me consumo,
menos me hospeda el cuerpo, que me entierra.
Ya no es ayer; mañana no ha llegado;
hoy pasa, y es, y fue, con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.
Azadas son la hora y el momento
que, a jornal de mi pena y mi cuidado,
cavan en mi vivir mi monumento.
LOPE DE VEGA

Blanca me era yo

cuando entré en la siega;

dióme el sol y ya soy morena.

Blanca solía yo ser

antes que a segar viniese

mas no quiso el sol que fuese

blanco el fuego en mi poder.

Mi edad al amanecer

era lustrosa azucena;

¡o dióme el sol y ya soy morena!

SONETO

Qué tengo yo que mi amistad procuras?

¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,

que a mi puerta cubierto de rocío

pasas las noches del invierno escuras?

¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras,

pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,

si de mi ingratitud el hielo frío

secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el Ángel me decía:

«Alma, asómate agora a la ventana,

verás con cuánto amor llamar porfía»!

¡Y cuántas, hermosura[s] soberana,

«Mañana le abriremos», respondía,

para lo mismo responder mañana

 

La pulga de Lope de Vega

Picó atrevido un átomo viviente

los blancos pechos de Leonor hermosa,

granate en perlas, arador en rosa,

breve lunar del invisible diente.

Ella dos puntas de marfil luciente,

con súbita inquietud bañó quejosa,

y torciendo su vida bulliciosa,

en un castigo dos venganzas siente.

Al expirar la pulga, dijo: “¡Ay, triste,

por tan pequeño mal dolor tan fuerte!”

“¡Oh pulga!”, dije yo, “dichosa fuiste!

Detén el alma, y a Leonor advierte

que me deje picar donde estuviste,

y trocaré mi vida con tu muerte”.

«A una calavera»      Lope de Vega

Esta cabeza, cuando viva, tuvo
sobre la arquitectura destos huesos
carne y cabellos, por quien fueron presos

los ojos que, mirándola, detuvo.

Aquí la rosa de la boca estuvo,
marchita ya con tan helados besos;
aquí los ojos de esmeralda impresos,
color que tantas almas entretuvo.

Aquí la estimativa en que tenía
el principio de todo movimiento,
aquí de las potencias la armonía.

¡Oh hermosura mortal, cometa al viento!,
donde tan alta presunción vivía
desprecian los gusanos aposento.